Según
Berruazo (1995) la psicomotricidad es un enfoque de la intervención educativa o
terapéutica cuyo objetivo es el desarrollo de las posibilidades motrices,
expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que le lleva a centrar su
actividad e interés en el movimiento y el acto, incluyendo todo lo que se
deriva de ello: disfunciones, patologías, estimulación, aprendizaje, etc.
La
psicomotricidad en los niños se utiliza de manera cotidiana, los niños la
aplican corriendo, saltando, jugando con la pelota. Se pueden aplicar diversos
juegos orientados a desarrollar la coordinación, el equilibrio y la orientación
del niño, mediante estos juegos los niños podrán desarrollar, entre otras
áreas, nociones espaciales y de lateralidad como arriba-abajo,
derecha-izquierda, delante-atrás. En síntesis, podemos decir que la
psicomotricidad considera al movimiento como medio de expresión, de
comunicación y de relación del ser humano con los demás, desempeña un papel
importante en el desarrollo armónico de la personalidad, puesto que el niño no
solo desarrolla sus habilidades motoras; la psicomotricidad le permite integrar
las interacciones a nivel de pensamiento, emociones y su socialización.